La Vergüenza de Jalisco |
Hace una semana, el sábado 14 de mayo de 2011, organizaciones civiles convocaron a una marcha que partió de distintos puntos de la ciudad de Guadalajara y se dirigió hacia la Plaza de la Liberación, en el centro. A diferencia de otras marchas que se han tenido últimamente en Guadalajara y todo México, ésta tuvo como tema no el narcotráfico, sino el oponerse a una reforma constitucional en derechos humanos proveniente del Senado de la República. Va de nuevo: en la segunda ciudad más importante de México, país líder en América Latina, en pleno siglo XXI, ciudadanos convocaron a una marcha para protestar en contra de los derechos humanos(!). En concreto, se protesta contra el aborto, las uniones de homosexuales, la subrogación de vientres y el llamado divorcio exprés. Adicionalmente, hoy se hizo un llamado desde los púlpitos católicos, en descarada violación a la separación de iglesia y estado, a movilizarse contra la legislación. Dicen estar “a favor de la vida y la familia”.
¿Por qué es esto una violación de la separación de iglesia y estado? Sencillo: para cada uno de los temas contra los que protestan—aborto, uniones homosexuales, subrogación de vientres y divorcio—no existe ni una pizca de evidencia en contra, ni tampoco un solo argumento que no sea religioso. Toda la oposición se basa en lo que algunas personas creen acerca de estos temas—y además sus creencias son, simplemente, equivocadas.
El aborto legal ha sido elevado desde hace décadas a ser un derecho fundamental de las mujeres, de acuerdo a la Organización Mundial de La Salud. Sin embargo, los manifestantes prefieren la muerte de mujeres jóvenes y pobres que hacer frente a la realidad: no todos los seres humanos (si se le puede llamar así a un blastocito, es decir, una colección de 150 células indiferenciadas) van a llegar a ser personas. La realidad de las violaciones (2 diarias en Jalisco), las deformaciones inminentes en fetos y las vidas de las mujeres no está en debate, ¿o sí? Nadie está “a favor” del aborto, pero definitivamente hace más daño ilegal que legal, como se ha comprobado en prácticamente todo el hemisferio norte (incluyendo todos los países desarrollados) desde hace más de 30 años.
En el caso de las uniones de homosexuales, los argumentos son los peores de todos. Lo que contienden éstas personas es que, de algún modo, la unión de dos personas del mismo sexo deteriora a las familias heterosexuales. La cantidad de errores y falacias en torno a la oposición a las uniones homosexuales es de risa: van desde discusiones triviales acerca del supuesto significado de la palabra matrimonio hasta la creencia de que los homosexuales son, por naturaleza, gente perversa violadora de niños. Creen que, de permitirse las bodas homosexuales, súbitamente miles de hombres y mujeres van a abandonar a sus parejas para sumergirse en depravadas orgías homosexuales. Como si un tipo se levantara y un día y se dijera a sí mismo: “Vaya, creo que hoy tengo ganas de ser discriminado y golpeado por medio mundo. Además, eso de los derechos humanos no es para mí. Quiero ser maltratado y considerado la basura de la sociedad. ¡Listo! Me haré joto, así todo mundo me odiará.” Resulta vergonzoso que gente en una ciudad del siglo XXI piense así. Pero se pone peor: se oponen a la idea de que siquiera sea una opción el matrimonio para los homosexuales. ¡Pero nada tienen que ver unos con los problemas de los otros! Es como si un futbolista que se pone gordo lo solucionara prohibiendo a todo mundo jugar pin-pon.
La subrogación de vientres es, de hecho, una medida a favor de la familia. Resulta que, en el mundo real, hay parejas que no pueden tener hijos. Una mujer caritativa puede prestar o inclusive rentarles su vientre y someterse a una inseminación artificial para que puedan tener un hijo. Así, parejas que nunca hubieran tenido hijos pueden tenerlos, y mujeres que quieran hacer algo por los demás pueden hacerlo y hasta recibir una buena remuneración por ello.
Finalmente, el divorcio exprés se refiere a que ya no se tendría que esperar un año para comenzar los trámites de divorcio. Esta reforma ya entró en vigor en la Ciudad de México este año (así como el aborto, pero desde 2006) y el mundo no se ha terminado. Lejos de ello, ahora las mujeres que antes tenían que aguantar golpizas de su marido abusivo durante un año, ya no tienen que sufrir innecesariamente. Si la gente puede decidir casarse en meses, semanas o inclusive días a partir de que se conocen, ¿quién es el estado para prohibirles divorciarse? En el mundo real, que no parecen conocer estas personas, los hombres y mujeres cometen errores y se casan con alguien con quien las cosas no van a funcionar. ¿Qué punto tiene esperarse un año?
Las reformas anteriores son necesarias para que el estado de Jalisco pueda avanzar, que pueda emerger del oscurantismo machista que lo mantiene anclado a un pasado retrógrada. Así como es el derecho de éstas personas a manifestarse, también es el derecho de los demás a señalarlos por lo que son: demagogos retrógradas machistas homofóbicos. Podremos tolerar las creencias de los demás, pero eso no significa que las debamos respetar. Si tenemos que arrastrarlos hacia el futuro, debemos hacerlo. Y si debemos dejarlos atrás, también.