martes, 28 de junio de 2011

Ahora Resulta…

El secretario de gobernación del estado de Jalisco, Fernando Guzmán Pérez Peláez, se declaró a favor de las uniones entre personas del mismo sexo.  El funcionario se declaró dispuesto a apoyar legislación que legalizara las uniones de éste grupo social, siempre que no se le llame ‘matrimonio’.  Guzmán es identificado como parte del ala más conservadora del Partido Acción Nacional—que gobierna el estado desde 1994—y es el brazo derecho del actual gobernador, Emilio González Márquez.  El funcionario es, además, el principal aspirante a la candidatura del PAN para la gubernatura en el 2012.

Lo importante—e impactante—de la declaración radica en que el mismo Guzmán fue quien interpuso una controversia constitucional contra la legalización de los matrimonios gay en el Distrito Federal en 2009, argumentando que Jalisco no reconocería las uniones homosexuales por ser contrarias a su constitución y la Constitución Mexicana.  Guzmán y González Márquez argumentaron en aquel entonces que el propósito del matrimonio era la formación de una familia por un hombre y una mujer y que no serían reconocidas uniones que no cumplieran con ese estándar (sic).  La motivación de la controversia fue transparentemente religiosa y fue un secreto a voces que el retrógrada cardenal Juan Sandoval Íñiguez fue quién instruyó a Emilio a presentar algún recurso contra la legalización en el DF.  A pesar de citar razones supuestamente legales, la constitución no menciona que el matrimonio debe ser exclusivamente entre hombre y mujer, razón por la cuál la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) rechazó la controversia constitucional.  En el artículo 4º se lee que “El varón y la mujer son iguales ante la ley. Esta protegerá la organización y el desarrollo de la familia,” más no se menciona en ningún momento que el matrimonio esté limitado a parejas [fértiles] heterosexuales.

Pero, ¿por qué el secretario pasó de una posición reaccionaria a una vanguardista?  Obviamente, por incrementar sus posibilidades en la próxima elección para la gubernatura, donde seguramente se medirá contra el alcalde del municipio de Guadalajara, Aristóteles Sandoval, quien prácticamente se encuentra en campaña desde que tomó el cargo en 2009.  El consenso es que ningún candidato panista puede ganarle, dado que la población está harta y decepcionada de los gobiernos panistas de los últimos 18 años.  De estar en una posición más ventajosa en las encuestas, seguramente Guzmán se habría declarado en contra de las uniones gay todavía, o por lo menos hubiera evitado pronunciarse respecto al tema.  Dado el cambio de actitudes entre la población hacia la comunidad homosexual, especialmente entre los jóvenes, Guzmán seguramente intenta distanciarse de su antecesor, Emilio González, quien hiciera declaraciones infames contra la comunidad LGBT a lo largo de su sexenio y desde que era alcalde de Guadalajara en 2006.  Guzmán todavía ni siquiera inicia la campaña y ya está cínicamente dando patadas de ahogado; por más mediocre que resulte Aristóteles Sandoval como candidato, 18 años de gobiernos retrógradas no serán olvidados fácilmente por la comunidad gay en Jalisco, tan numerosa en proporción como en el mismo Distrito Federal.