Ya de por sí es un secreto a voces que el gobernador de facto en el estado de Jalisco es el cardenal Juan Sandoval Íñiguez. Éste ser nefasto ha tenido de rehén al estado desde la muerte de su antecesor, Juan Posadas Ocampo, en 1993. Desde entonces, Sandoval pasó a tener influencia en la política del estado, llegando inclusive a decidir cuáles marchas y manifestaciones se aprobaban y cuáles no, así como a promover iniciativas contra el aborto y las uniones homosexuales. Un brevísimo recuento de su manera de pensar (y una investigación por lavado de dinero) lo pueden encontrar aquí. Actualmente, tiene como lacayo al igualmente retrógrada Emilio González Márquez, gobernador del estado.
Sin embargo, la intromisión del funesto personaje llega más allá de lo que ya se sospechaba: de acuerdo con los últimos cables diplomáticos divulgados por Wikileaks, el cardenal pidió al gobierno de George Bush que interviniera para impedir el triunfo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en las elecciones presidenciales de 2006. Adicionalmente, advirtió que la creciente tendencia hacia la izquierda en América Latina era un peligro y debía ser frenada mediante la intervención de Estados Unidos. La petición se dio cuando se encontró en el Vaticano en una reunión con el embajador estadounidense, Francis Rooney. De paso, le pidió una contribución económica para sacar adelante el estancado proyecto del Santuario de los Mártires en Guadalajara. El cable diplomático (en inglés) lo pueden encontrar aquí.
Al enterarse de la filtración del cable, Sandoval optó por fingir demencia y negar lo sucedido, aunque sí admitió haberse reunido con Rooney. Supuestamente, ni él ni el cardenal Claudio Hummes (brasileño), también presente en la junta, mencionaron nada acerca de AMLO ni la ola de gobiernos de izquierda que se mencionan en el cable.
Cuánto más tendrá la sociedad tener que soportar a éste individuo, solo el Papa lo sabe, ya que su sucesión es inminente… desde hace más de tres años. Sandoval renunció a su cargo desde entonces, pero Herr Ratzinger lo ha mantenido en su lugar… ¿por qué será? Lo cierto es que hay un amplio sector de la sociedad Jalisciense que aborrece al tipo y ya no puede esperar a que sea sucedido. ¿Y si la Iglesia fuera democrática? Mejor ni empecemos por ahí…